martes, 23 de septiembre de 2008

Tan lejos, y tan cerca.


Al calor de una suave música ambiental,
en aquél nuestro lugar especial,
abrazados, olvidándonos de todo lo demás,
en nuestro mundo, mirándonos, sin apenas poder hablar,
nos hallamos dos amantes, presos de la pasión, sin poder escapar.
Con las caras entrecruzadas, insinuando un beso, pasando segundos, minutos, e incluso horas, pues aquí no existe el tiempo,
rozo tus finos labios suavemente,

para después besarte con una dulzura que nos costará olvidar,
sin que nada más importe, sin necesidad de hablar,
tan solo mirarnos y besarnos hasta nuestras bocas secar.
Acaricio suavemente tu preciosa cara,
para luego tu pelo apartar,
mas nos tornamos en otro profundo y sentimental beso,
esto ya nadie lo puede parar.
Acaricio tu cuello, te beso
con ternura y suavidad,
mientras nuestros brazos nos rodean inseparablemente.
Entonces llega ese momento, donde sobran las palabras,
salen y entran a través de nuestros ojos sentimientos
que no podemos controlar,
mas entonces, y solo entonces,
nos fundimos en otro mágico beso.

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