martes, 2 de junio de 2009

Keep living really worth the effort.


Hubo un momento en el que tal vez pude creer que había algo por lo que seguir, una luz al final del túnel; que por primera vez en veintitantos años también había amor para mí. Más no era sino solo una ilusión. Excasas horas de cariño que no nicieron más que volverme adicto a algo que jamás podría tener. La angustia me come por dentro como si fuera una solitaria. Estoy tan tenso com una piedra. No puedo dormir, ni comer. Tan solo puedo apretar los ojos y llorar, clavándome las uñas en la sien, y con todas y cada una de las fibras de mi cuerpo tan tensas como si fueran las cuerdas de un piano de cola.
Siento que nada más existe, que mi vida no tiene sentido. Lo veo todo tan cerca y a la vez tan lejos, tan irreal, como si fuese un sueño que jamás se cumplira. Entonces todo se vuelve peor por momentos. Quiero morir y no tengo fuerzas siquiera para escribir estas líneas. Quiero llorar y ya no me quedan lágrimas. Es una angustia que me quema por dentro. Es como si estuviera viéndome morir lentamente y no pudiera hacer nada para salvarme. Como si me cayese al vacío, rodeado de las manos de mis amigos que casi me llegan a rozar, pero fuese incapaz de agarrarme a ninguna.

Meses de infinita caída,
de muerte en vida,
de no tener sangre en las heridas.
Meses de locura contenida,
de prosa , de versos, de palabras sentidas;
de no saber ya ni como escribir mis movidas.
De sentirme como un analfabeto
en la biblioteca de Alejandría.
Como un vegetariano en una carnicería.
Haciendo lo mismo día tras día.
Esperando algo que jamás llegaría.
Destrozando mi vida.

Pero entonces, un abrazo de un amigo, una sonrisa de una chica,
escuchar el “Viva la vida”.
Una frase que terminó cuando ya se había hecho de día.
Un rollo, una amante, una querida.
Un paseo por “Porto Bello”,
álguien que sonríe cuando te mira.

Y es que cuando ya tus ojos ya no pueden estar mas apretados, cuando ya no tienes lágrimas para llorar, cuando estas tan abajo que más ya no puedes bajar, entonces, y solo entonces, en ese momento, cuando aflojas tus párpados para dejar de llorar, sientes un tremendo alivio, y sabes que a partir de ahí las cosas solo pueden ir a mejor. Entonces y solo entonces te das cuenta de lo insignificantes que eran esos problemas que tanto te hicieron sufrir. Ahora viene lo bueno, ahora es cuando empiezas a construirte tu propia vida. Ahora las cosas solo pueden ir ya para arriba.

“Si la vida son dos días, no dejes para mañana el empezar a vivirla.”

2 comentarios:

Esperanza Escribano Claramunt dijo...

"Caída eterna"

Maldita.

Estás en Londres? qué envidia.kiki

Alberto dijo...

Uf, que va, ya podía, jeje. Estuve en Febrero, creo. Pero como no se que puse de Porto bello, y no sabía que foto poner, voilá.

Es un texto que escribí una época muy, bueno, el propio texto lo describe muy bien.