jueves, 4 de diciembre de 2008

Sé paciente...


A veces creemos que todo ha terminado, sentimos la necesidad de irnos, dejar a todos y a todo cuanto nos rodea, simplemente desaparecer, que nuestro efímero cuerpo se funda en miles de pequeños trocitos de nuestra propia esencia. A veces tememos a lo que realmente queremos. Por qué sufrir, por qué llorar, si ya no merece la pena. ¿Acaso alguien sería capaz de darme un motivo para continuar? ¿Un solo motivo para seguir con este sufrimiento? Quizás alguien de los que me diría que estoy loco, que no debo, ¿alguno de ellos se preocupa realmente por mi? ¿Por lo que realmente quiero? ¿O no son, sino más egoístas que lo único que quieren es no sufrir ellos mismos, que les importa una mierda lo que yo desee? Tal vez creen que se me ha ocurrido ahora mismo, que no llevo años pensándolo.
Sé que debo, que lo necesito más que a nada en este mundo, pero he de confesarme cobarde, pues no soy capaz. Resignado, solo me queda repetirme a mi mismo una y otra vez: Sé paciente…

2 comentarios:

Esperanza Escribano Claramunt dijo...

Merecen la pena los amaneceres, el agua muy fría, la buena música, la tuya, las personas bellas que se cruzan por la calle, el Sol...pero eso tiene que llenarte, tiene que ser compartido...
Muchas gracias!
También yo te leeré!

Alberto dijo...

Gracias a ti por esas palabras tan bonitas!